En este cuadro, con datos hasta
mayo de la Intervención General del Estado según el protocolo de déficit
excesivo (la metodología contable que impone Eurostat) arroja varias
respuestas:
- Los
ingresos apenas han bajado un 4% hasta mayo de 2012 en comparación con los
primeros cinco meses de 2011. Sin embargo, el gasto ha crecido un 11,6%
interanual. Como resultado, el déficit del Estado, lejos de reducirse, se
ha disparado un 30,5% en los últimos 12 meses.
- En
comparación con 2007 -último año de auge económico-, los ingresos fiscales del
Gobierno central han caído un 35% como resultado de la crisis -pese a las
subidas de impuestos-, mientras que el gasto es hoy un 25% superior.
- Si se toma como referencia 2004, en
pleno período de burbuja inmobiliaria, se observa que los ingresos son hoy
apenas un 6,6% inferiores, mientras que el gasto, por el contrario, se ha
disparado un 52,4% desde entonces.
Dicho de otro modo, el Estado trata
de mantener en pie una estructura -medida en gasto público- mayor que la
existente en pleno boom económico, empleando para ello unos ingresos que, como
es lógico, han menguado como resultado de la recesión económica y el paro,
aunque se mantienen a niveles similares a los de 2004 -en pleno crecimiento
económico-.
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